Ubicado en el corazón de Australia, el Uluru se alza majestuoso en el vasto y árido paisaje del Territorio del Norte, según las tribus locales, se encuentran diversidad de espíritus.

Esta formación rocosa es uno de los íconos naturales más impresionantes del mundo. Su imponente silueta rojiza emerge de la llanura desértica, alcanzando una altura de 348 metros y extendiéndose a lo largo de más de 9 kilómetros en su base donde se encuentran antiguas pinturas rupestres, formaciones geológicas impresionantes y oasis ocultos.

Uluru es un monolito de arenisca y un lugar sagrado para los pueblos anangu, quienes han habitado la región durante miles de años. Sus ancestrales creencias y mitos están profundamente entrelazados con las grietas, cuevas y fisuras de la roca, las cuales narran historias de su rica tradición cultural, la representación de sus ancestros y los relatos del Tiempo del Sueño, el periodo mítico de la creación según su cosmovisión.

El color de Uluru cambia con el transcurso del día, transformándose desde un rojo intenso en el amanecer hasta un naranja o púrpura al atardecer, creando un precioso espectáculo natural. Este fenómeno se debe a la composición mineral de la roca, que refleja la luz solar de manera distinta a lo largo del día.

Además de su belleza escénica, es parte del Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La región alberga una biodiversidad única, con especies de flora y fauna adaptadas a la extrema aridez del desierto, como el canguro rojo, el dingo y diversas aves endémicas.
El acceso a la cima de Uluru estuvo permitido durante muchos años, pero en respeto a la cultura anangu, desde 2019 se prohibió escalarlo.

MAESTRA EN CULTURAS ELSA DIÉGUEZ B.