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El extraño caso del "Roswell mexicano"

De acuerdo con los detectores de radar estadounidenses la noche del 25 de agosto de 1974 se había notado la presencia de un bólido o cuerpo común proveniente del espacio, sin embargo, estas conjeturas pronto fueron desechadas al notar que el objeto podía realizar correcciones de dirección en su curso de manera totalmente dirigida


Fue en el Golfo de México donde por primera vez los encargados de la defensa aérea del país vecino detectaron esta anomalía, sin embargo, no pudieron precisar si se trataba de una aeronave o alguna otra cosa. Así que los militares de los Estados Unidos se preparaban para interceptar el objeto, pues predecía que este caería al suroeste de Corpus Christi, en el estado de Texas, sin embargo, un nuevo cambio de trayectoria en aquel "bólido" hizo que este entrara repentinamente a espacio aéreo mexicano, registrando su caída en los alrededores de Coyame, Chihuahua cerca de la frontera entre México y la Unión Americana y allí se perdió el rastro de aquel extraño objeto.



Sin embargo, la reacción de las autoridades mexicanas fue demasiado lenta, pues del operativo para recolectar el objeto caído se desplegó hasta mañana siguiente.


Se reportó entonces el siniestro entre una extraña nave circular y un avión estadounidense, por lo que de inmediato el gobierno norteamericano ofreció su apoyo, esto con el fin de recuperar ambas aeronaves, aunque esta oferta fue rechazada por las autoridades locales.

Los camiones militares mexicanos iniciaron el levantamiento y extracción de los restos, dejando el lugar de los hechos “limpio” sólo al cabo de unas horas.


Algunas fotografías captadas por aeronaves mostraban vehículos varados con las puertas abiertas y un par de cadáveres humanos tendidos sobre el suelo y esto bastó para que la CIA tomara cartas en el asunto para extraer el objeto, así que al sitio fueron enviados cuatro helicópteros militares para sacar de allí toda la evidencia que fuera posible.


Fue entonces que los pilotos estadounidenses encontraron muertos a los militares mexicanos, los mismos que dirigían y operaban la misión tras el impacto del objeto de precedencia desconocida. Tanto los vehículos como los cadáveres fueron reunidos en un solo lugar y fueron volados con explosivos a fin de dejar la escena libre de evidencia, mientras que el extraño objeto fue enganchado a un helicóptero y llevado a los Estados Unidos.


Hoy en día el paradero de este OVNI a la fecha sigue siendo un misterio, por su parte, el ejercito mexicano negó la desaparición del personal, así como la supuesta narrativa de cómo habían sucedido los hechos. Pero la evidencia no pudo ser destruida en su totalidad, pues existen reportes de las transmisiones de radio efectuadas aquel 25 de agosto del año 1974, el día que sucedió el caso del "Roswell mexicano".


Por Ilse Roldán

@ilyrockmx

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