Los acantilados de arenisca del Cañón de Sego son una espectacular galería de arte al aire libre de petroglifos pintados y tallados por pueblos nativos americanos durante un período de alrededor de 8.000 años. Se caracterizan por más de 80 imponentes e inquietantes figuras de tamaño natural con ojos hundidos o faltantes y la frecuente ausencia de brazos y piernas.
Algunos afirman que las misteriosas figuras son evidencia de visitas extraterrestres en nuestro pasado antiguo, mientras que los estudiosos sostienen que los extraños seres representan visiones chamánicas producidas en estados similares a trance.
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