En una revelación que ha cautivado a historiadores y aficionados al arte por igual, el investigador y coleccionista belga Stefaan Missinne ha identificado un globo terráqueo del siglo XVI como una obra del genio renacentista Leonardo Da Vinci. Este globo, que data de 1504 y está hecho con huevos de avestruz, es el más antiguo conocido que incluye una representación de una parte de América. La historia de este descubrimiento, así como su importancia histórica y cultural, añade una nueva dimensión al legado del polímata florentino.
El globo fue presentado al público por Stefaan Missinne en una conferencia en Roma. Según Missinne, el globo fue adquirido en una subasta hace varios años y, tras una minuciosa investigación, se pudo determinar su autoría y datación. Utilizando una combinación de análisis científicos y estudios históricos, Missinne concluyó que el globo fue creado por Leonardo Da Vinci en 1504, y está confeccionado a partir de dos mitades de cáscaras de huevos de avestruz, un material poco común para la fabricación de globos en aquella época. Las cáscaras fueron hábilmente trabajadas y ensambladas, mostrando la destreza técnica de su creador. Los detalles geográficos y artísticos grabados en el globo reflejan el estilo característico de Leonardo, conocido por su precisión y detallismo.
El globo terráqueo de 1504 es notable ya que incluye una representación temprana de América, lo que indica un conocimiento avanzado de los descubrimientos geográficos recientes para esa época. Cristóbal Colón había llegado a América en 1492, y el mapa refleja la rápida difusión de esta nueva información geográfica. El uso de cáscaras de huevos de avestruz es una técnica innovadora y única. Este material no solo demuestra la creatividad de Leonardo en la elección de sus medios, sino también su habilidad para trabajar con materiales difíciles.
Este descubrimiento añade una nueva faceta al ya vasto repertorio de Da Vinci. Conocido por su trabajo en arte, ciencia, ingeniería y anatomía, esta pieza cartográfica amplía nuestra comprensión de su interés en la geografía y la exploración global.
El camino hacia la autenticación del globo incluyó varios pasos meticulosos:
Se realizaron pruebas de composición para verificar que las cáscaras eran efectivamente de huevo de avestruz, un material no utilizado comúnmente en la época para tales fines.
Los análisis químicos de los pigmentos y tintas utilizados corroboraron que correspondían a los utilizados en la época de Leonardo.
Los grabados en el globo fueron comparados con los dibujos y bocetos de Leonardo. Las similitudes en el trazo y la técnica apoyaron la hipótesis de la autoría.
Se revisaron registros históricos y correspondencias de Leonardo que mencionaban su interés en la cartografía y la posibilidad de haber trabajado en globos terráqueos.
Este hallazgo tiene implicaciones profundas tanto para el estudio de la historia de la cartografía como para la comprensión del genio renacentista, ya que ofrece una nueva perspectiva sobre el conocimiento geográfico del Renacimiento y la difusión de los descubrimientos del Nuevo Mundo, la autoría añade una dimensión más a la vasta lista de contribuciones de Leonardo Da Vinci, consolidando aún más su estatus como un polímata universal.
Este descubrimiento puede incitar a historiadores y científicos a reexaminar otros artefactos de la época, en busca de más obras no identificadas de Da Vinci u otros grandes maestros.
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