En la Pampa de Jumana, al sur de Perú, se encuentra una figura geoglífica de una ballena de 27 metros de largo, destacada por su diseño estilizado en un área árida. Esta figura, una de las más intrigantes de las Líneas de Nasca, está realizada con la técnica de "acanalado", mostrando precisión y detalle.
Orientada hacia el este, la ballena podría estar relacionada con la salida del sol y el inicio del día. También se han encontrado representaciones de ballenas en el arte Nasca, en cerámicas y textiles, subrayando la importancia de este animal en la cultura andina actual. La figura está compuesta por líneas que delinean su cuerpo, incluyendo cabeza, aletas, cola y barbas.
El significado de la ballena en la cosmovisión Nasca no está completamente definido. Algunas teorías sugieren que podría representar una deidad asociada al mar, la lluvia y la fertilidad, reforzada por su cercanía al mar. La ballena, con su capacidad de migrar largas distancias, podría simbolizar transformación y renacimiento, y algunos investigadores la relacionan con la constelación de Cetus, visible durante la época de lluvias.
La disposición de la ballena cerca de otras figuras geoglíficas, como el trapecio y las líneas rectas, podría tener un significado ritual o calendárico aún por descifrar. A pesar de décadas de investigación, el significado completo de las Líneas de Nasca y de la ballena sigue siendo un enigma. Nuevas investigaciones, incluyendo excavaciones arqueológicas y análisis de materiales, son necesarias para comprender mejor este complejo sistema simbólico.
Las Líneas de Nasca, incluida la ballena, son un testimonio del ingenio y la profunda conexión con el cosmos de la cultura Nasca, constituyendo un patrimonio cultural invaluable que invita a reflexionar sobre la cosmovisión y las prácticas ancestrales.
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