Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, se encuentra actualmente en medio de una de las crisis políticas más graves de su carrera. Tras los trágicos eventos del 7 de octubre, cuando el grupo terrorista Hamas se infiltró en territorio israelí y provocó la muerte de más de mil civiles, ex funcionarios, militares y políticos israelíes han alzado la voz en contra de su liderazgo.
La popularidad de Netanyahu ha sufrido una drástica caída desde esos eventos, lo que ha llevado a figuras prominentes como el ex primer ministro Ehud Barak a criticarlo públicamente. Barak describió el incidente como "el golpe más severo que ha sufrido Israel desde su creación hasta la fecha" y expresó dudas sobre la capacidad de Netanyahu para liderar en medio de tal devastación.
Además, la sociedad civil israelí ha pedido la dimisión de Netanyahu, argumentando que su enfoque sobre los más de 100 rehenes tomados por Hamas debería priorizar su liberación antes de iniciar cualquier campaña militar. Figuras destacadas como el teniente general Dan Halutz, ex jefe de personal de las FDI, han instado a Netanyahu a dimitir, afirmando que hay mejores líderes para abordar la crisis.
El ex funcionario de inteligencia israelí Avi Melamed también ha expresado su preocupación, calificando al gobierno de disfuncional y señalando que muchos israelíes consideran que el gobierno actual es un desastre.
La percepción general entre los israelíes es que Netanyahu no ha asumido la responsabilidad por los errores del 7 de octubre y que está más interesado en salvarse a sí mismo que en el bienestar del país. Esto ha llevado a un llamado unánime de los israelíes para que Netanyahu dimita de inmediato, lo que demuestra la extrema delicadeza de su situación política en Israel.
Por Gonzalo De la Calle
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