Washington Square Park, en el bullicioso barrio de Greenwich Village en Manhattan, es uno de los parques más icónicos y visitados de Nueva York. A diario, neoyorquinos y turistas pasean por sus caminos arbolados, descansan bajo la sombra de su icónico arco o disfrutan de espectáculos callejeros. Sin embargo, pocos conocen el oscuro secreto que yace bajo sus pies: más de 20,000 cuerpos están enterrados en las profundidades del parque, vestigios de una historia trágica y macabra que pocos imaginan al visitar este lugar emblemático.
Washington Square Park no siempre fue el alegre y vibrante espacio que conocemos hoy. De hecho, su origen es sombrío y perturbador. En el siglo XVIII, mucho antes de que Nueva York se convirtiera en la metrópolis que es ahora, esta área era conocida como "Potter's Field", un terreno destinado a enterrar a aquellos que no podían permitirse una sepultura adecuada. Entre los cuerpos que descansan bajo el parque se encuentran indigentes, víctimas de enfermedades, y personas sin familia ni recursos.
Durante esa época, las epidemias eran comunes en la ciudad de Nueva York, siendo la fiebre amarilla una de las más devastadoras. Esta enfermedad asoló la ciudad en repetidas ocasiones a lo largo del siglo XVIII y principios del XIX, cobrando miles de vidas en poco tiempo. Los cuerpos de las víctimas eran enterrados en fosas comunes debido al desbordamiento de los cementerios tradicionales, lo que convirtió el área en un vasto cementerio improvisado.
A medida que la ciudad creció y se expandió, la historia de Potter's Field fue enterrada, tanto literal como figurativamente. En 1827, el terreno fue convertido en un parque público para dar espacio recreativo a la creciente población de la ciudad, y poco a poco, la idea de que había un cementerio bajo sus caminos se desvaneció en la memoria colectiva. No obstante, los restos nunca fueron trasladados, lo que significa que bajo los pies de los miles de visitantes que acuden diariamente al parque, aún descansan los cuerpos de aquellas personas.
Aunque el parque fue rediseñado y remodelado varias veces a lo largo de los siglos XIX y XX, los esqueletos permanecieron intactos bajo la superficie. Esto fue comprobado en varias ocasiones durante obras de infraestructura, cuando los trabajadores descubrieron restos humanos a medida que excavaban para instalar nuevas tuberías o mejorar el drenaje del parque.
En años recientes, se han hecho descubrimientos significativos que han traído de vuelta a la luz este oscuro capítulo de la historia de Washington Square Park. En 2015, durante trabajos de excavación para renovar parte del sistema de alcantarillado del parque, los trabajadores encontraron dos bóvedas de ladrillo que contenían restos humanos. Estas cámaras funerarias, que datan del siglo XIX, estaban llenas de huesos y cráneos, confirmando las antiguas historias de que el parque fue utilizado como cementerio en el pasado.
Los arqueólogos que examinaron las bóvedas estiman que cada una de ellas podría haber albergado decenas, si no cientos, de cuerpos. La naturaleza de estos descubrimientos ha planteado preguntas sobre la verdadera cantidad de cadáveres que aún yacen bajo el parque. Aunque los estudios sugieren que podría haber hasta 20,000 cuerpos enterrados, la cifra exacta es difícil de precisar.
Uno de los factores que más contribuyó a la masiva cantidad de cadáveres enterrados en Washington Square Park fue la recurrente epidemia de fiebre amarilla que afectó a Nueva York en los siglos XVIII y XIX. Durante las peores oleadas, la enfermedad se propagaba rápidamente, y las autoridades se veían desbordadas por la cantidad de muertos. Los cementerios tradicionales no daban abasto, por lo que las fosas comunes se convirtieron en la única opción viable para enterrar a las víctimas.
Los historiadores señalan que muchos de los cuerpos enterrados en Potter's Field eran también de inmigrantes pobres, esclavos liberados y personas sin hogar que no tenían los medios para recibir un entierro adecuado. Estas personas, cuyos nombres han sido olvidados por la historia, descansan en paz bajo el bullicio de uno de los barrios más vibrantes de la ciudad.
Hoy en día, Washington Square Park es el hogar de músicos, artistas, estudiantes de la cercana Universidad de Nueva York (NYU) y turistas que disfrutan de su ambiente bohemio y relajado. Sin embargo, el hecho de que el parque sea, en esencia, un cementerio masivo ha generado preguntas éticas sobre cómo debería tratarse este espacio.
Algunas voces han pedido que se instalen placas o monumentos que reconozcan el pasado fúnebre del parque y rindan homenaje a las miles de personas que fueron enterradas allí. Otros argumentan que dado que los cuerpos no fueron trasladados, el parque debería ser considerado un cementerio en sí mismo y tratado con el mismo respeto que se le daría a cualquier otro lugar de descanso final.
A medida que más personas se enteran del macabro pasado de Washington Square Park, crece el interés por conocer más sobre las vidas de aquellos que yacen bajo la superficie. Los historiadores y arqueólogos continúan investigando el área, y aunque la mayor parte de los cuerpos nunca serán exhumados, la historia de quienes fueron enterrados allí comienza a tomar forma a través de los documentos históricos y los estudios arqueológicos.
Para los visitantes del parque, la revelación de que más de 20,000 cuerpos reposan bajo sus pies puede añadir una capa de reflexión y misterio a su experiencia. Lo que alguna vez fue un simple paseo por uno de los parques más concurridos de Nueva York, ahora puede ser visto como un recorrido sobre la historia olvidada de los marginados, los enfermos y los olvidados de la ciudad.
Washington Square Park, con su vibrante vida diaria, es un testimonio del paso del tiempo y de cómo la ciudad de Nueva York, en su constante expansión y renovación, construyó su modernidad sobre las huellas de su pasado. Mientras tanto, los muertos que descansan bajo sus caminos siguen siendo una parte silenciosa y, a menudo, ignorada de la historia de esta gran metrópolis.
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