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Los Aluxes los Misteriosos Guardianes de la Naturaleza Maya

La vasta y rica cultura maya, llena de misterios y símbolos ancestrales, ha dado origen a numerosas leyendas que se transmiten de generación en generación. Una de las más fascinantes y populares es la leyenda de los aluxes (o aluxob en maya), pequeños seres míticos que, según la tradición, son guardianes de la naturaleza, protectores de la selva, los campos y las tierras sagradas. Estos duendes, profundamente respetados y temidos por las comunidades mayas, forman parte del imaginario colectivo de los pueblos del sureste de México, Guatemala y Belice.


Los aluxes son descritos como pequeñas criaturas de apariencia humana, con una altura que no supera el metro. Según las historias, tienen el aspecto de niños, pero poseen una sabiduría y astucia que los hace mucho más poderosos y antiguos de lo que parecen. Se dice que viven en cuevas, montañas, cenotes, selvas o incluso cerca de las milpas (campos de cultivo), y su misión es proteger la tierra y sus recursos.

A menudo, se les atribuyen poderes sobrenaturales, como la capacidad de volverse invisibles o de controlar los elementos naturales. Los aluxes pueden ayudar o perjudicar a las personas, dependiendo de cómo se les trate. En muchas ocasiones, actúan como seres traviesos, pero si se les respeta y se hacen ofrendas en su honor, pueden ser guardianes benévolos.


El origen de los aluxes se remonta a las creencias prehispánicas mayas. Según la tradición, los aluxes fueron creados por los dioses para proteger los campos y la selva. Los antiguos mayas creían que el mundo estaba lleno de espíritus, tanto benévolos como malignos, y que los aluxes eran intermediarios entre el mundo humano y el mundo espiritual.

Algunas versiones de la leyenda señalan que los aluxes se pueden invocar mediante ritos o ceremonias especiales. Los agricultores mayas solían construir pequeñas casas o altares en los campos para invocar a los aluxes y pedir su protección sobre las cosechas. A cambio, se les ofrecían alimentos y pequeños regalos. Se cree que, tras ser invocados, los aluxes cuidan del terreno durante siete años, y luego regresan al inframundo, de donde provienen.


Los aluxes son conocidos por su naturaleza dual: pueden ser protectores o traviesos, dependiendo de cómo los humanos se relacionen con ellos.

  • Aluxes protectores: Si una persona respeta la tierra, no contamina ni abusa de los recursos naturales, los aluxes pueden ser sus aliados. En la tradición, se dice que cuidan las milpas y los senderos, alejando a los intrusos o a cualquier amenaza que pueda dañar el entorno natural. En algunos relatos, los aluxes pueden guiar a los viajeros que se pierden en la selva o ayudar a los campesinos a tener buenas cosechas.

  • Aluxes traviesos: Sin embargo, si se les falta al respeto o se invade su territorio sin permiso, los aluxes pueden volverse problemáticos. Pueden provocar accidentes, ocultar objetos, desviar caminos o incluso causar enfermedades. Los habitantes de la región a menudo los responsabilizan por extraños fenómenos como desapariciones inexplicables de herramientas o caminos que parecen cambiar de un día para otro. En muchos casos, se dice que los aluxes se divierten confundiendo a los humanos que no les rinden respeto.


Una de las formas más comunes de mantener a los aluxes contentos es a través de ofrendas. En muchas comunidades mayas, cuando se construye una casa, un camino o un campo, se lleva a cabo un ritual para pedir permiso a los aluxes y asegurar que no causen problemas. Se les ofrecen alimentos como maíz, tabaco o aguardiente, y se les pide protección sobre la tierra o la construcción.

También existen historias de que si se ve a un alux en la noche, es importante mostrarle respeto, no mirarlo directamente a los ojos y ofrecerle algo. De lo contrario, puede seguir a la persona y hacerle bromas pesadas o incluso causarle desgracias.



Aunque la leyenda de los aluxes se originó en tiempos prehispánicos, su influencia persiste hasta el día de hoy. En muchas comunidades rurales de la península de Yucatán y otras regiones mayas, las historias sobre estos seres aún son narradas y respetadas. Incluso en la vida urbana, los aluxes no han sido olvidados.

Un famoso caso ocurrió durante la construcción de un puente en Cancún en los años 90. Los trabajadores de la obra relataron numerosos problemas inexplicables, como la caída de estructuras y accidentes sin causa aparente. Convencidos de que los aluxes estaban molestos por la invasión de su territorio, los ingenieros locales pidieron la intervención de un chamán. Se construyó una pequeña casita a un lado del puente como ofrenda a los aluxes, y, desde entonces, los problemas cesaron. Esta casita aún se encuentra en ese lugar, y se considera un testimonio de la creencia en los aluxes.


La leyenda de los aluxes es un recordatorio profundo de la relación entre los antiguos mayas y la naturaleza. Los aluxes, como guardianes de la tierra, reflejan la importancia de respetar el entorno natural y mantener una conexión espiritual con él. Aunque estas criaturas son parte del folclore, su leyenda transmite un mensaje de respeto por el medio ambiente que sigue siendo relevante en la actualidad.

Los aluxes, con su carácter travieso pero protector, son figuras que simbolizan la sabiduría ancestral, la conexión con lo invisible y la necesidad de armonía con el mundo natural. Hoy en día, continúan siendo un emblema de la rica cultura maya, un vínculo entre el pasado mítico y el presente, recordándonos la importancia de honrar la tierra y respetar a los espíritus que, según la leyenda, aún la habitan.

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