Faltan 127 días para la llegada del Día Cero. Con el Sistema Cutzamala, que abastece el 35 por ciento del agua que consume la Ciudad de México y su zona conurbada, en su nivel más bajo de almacenamiento desde 1996, apenas 38.7 por ciento, es fundamental saber cuánta agua se consume en México por persona y por familia.
En México, el gasto por habitante ronda los 360 litros, según la Comisión Nacional del Agua
(CONAGUA, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que debe ser de cien litros. Esto significa 18 y cinco cubetas de 20 litros,
respectivamente.
A nivel mundial, Nigeria está en el otro extremo con un promedio de gasto de apenas 10 litros al día por habitante. Media cubeta.
La OMS asegura que el promedio de una vivienda con cuatro habitantes es de 15 metros cúbicos mensuales -15 mil litros-, equivalentes a 15 tinacos de mil litros, 20 de 750 o 37.5 de 400 litros.
Y aunque el mayor gasto de agua se da en el baño, en realidad su uso está presente en todas y cada una de las actividades cotidianas. El WC gasta en promedio 6 litros por descarga, la regadera de 12 a 34 litros por minuto y el lavabo 12 litros por minuto.
Pero la producción de alimentos que se consumen diariamente también representa un enorme gasto de agua.
Un kilo de bistec significa 37 mil 766 litros; uno de pollo 3 mil 900: uno de arroz 3 mil 333 litros; uno de huevo mil 620, uno de leche mil, uno de jugo de naranja 850, uno de jitomate 185 y una pieza de pan de 30 gramos 40 litros.
Para una hamburguesa con carne, vegetales, pan y queso se necesitan, al menos, 2 mil 400
litros de agua, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Esta cantidad contempla la crianza de la res y el cultivo de vegetales y granos para producir el pan, hasta su traslado al lugar donde se consume y representa el requerimiento diario de agua de 24 personas. A este cálculo se le conoce como huella hídrica pero, ¿qué significa?
El término huella hídrica se debe a Arjen Y. Hoekstra, profesor del Instituto para la Educación del Agua de la Unesco, quien lo inventó en 2002, definiéndose como el volumen total de agua dulce usado para producir bienes y servicios que consume un individuo o una comunidad.
Cabe señalar que el consumo individual representa el 4 por ciento del gasto de agua, mientras el 96 por ciento.
Por Alberto Montoya
@albertomontmex
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