Los pastos marinos, conocidos también como seagrasses, son plantas vasculares que habitan en fondos marinos poco profundos, especialmente en áreas costeras de todo el mundo. A diferencia de las algas, que son organismos no vasculares, los pastos marinos tienen raíces, tallos y hojas, lo que les permite colonizar el fondo marino de manera estable. Estos pastos forman praderas submarinas que son esenciales para la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas marinos. Algunas de las especies más conocidas de pastos marinos son Zostera, Posidonia y Thalassia, que varían en su distribución geográfica y en las condiciones ambientales en las que crecen.
Las hojas de los pastos marinos son largas y finas, y pueden extenderse horizontalmente sobre el lecho marino, creando grandes áreas de praderas submarinas. Las raíces están fuertemente ancladas en los sedimentos arenosos o fangosos, lo que les permite sobrevivir en condiciones de agua turbia y con corrientes moderadas.
Además, estas plantas son muy eficientes en la captación de carbono, almacenándolo en el sedimento marino durante largos períodos. Esto las convierte en un componente vital en la lucha contra el cambio climático, al ayudar a mitigar el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera.
Los pastos marinos también son importantes para la calidad del agua. Actúan como filtros naturales al capturar sedimentos y nutrientes en exceso, lo que ayuda a mejorar la claridad del agua y reduce la eutrofización en las zonas costeras. Esta función de filtración es crucial para la salud de los ecosistemas marinos, ya que contribuye a la estabilidad de las comunidades de corales y otros organismos que dependen de aguas limpias.
En términos de alimentación, los pastos marinos son la base de varias cadenas alimentarias marinas. Aunque no son herbívoros, los pastos marinos se alimentan de detritos orgánicos y microorganismos que se acumulan sobre sus hojas y raíces.
Al mismo tiempo, las praderas de pastos marinos actúan como zonas de cría y refugio para muchas especies de peces e invertebrados. Además, estos ecosistemas son una fuente clave de alimento para grandes mamíferos marinos, como manatíes y dugongos, que se alimentan de las hojas y tallos de estas plantas.
Sin embargo, los pastos marinos están bajo amenaza debido a varios factores, entre ellos la contaminación, la sedimentación excesiva, el anclaje de embarcaciones y el cambio climático. Estas amenazas han provocado la pérdida y degradación de praderas de pastos marinos en muchas regiones del mundo, lo que afecta no solo la biodiversidad, sino también la protección de las costas contra la erosión.
La conservación y restauración de los pastos marinos es ahora una prioridad para la gestión de los ecosistemas costeros.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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