Los más de 70.000 asistentes estimados a Burning Man fueron aislados en el lugar conocido como Black Rock City cuando volvió la lluvia el domingo y las carreteras cerradas, los campamentos embarrados y una muerte reportada oscurecieron el día.
Goodell, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro Burning Man Project, que organiza el evento anual, sugirió que la intensa atención prestada al evento durante el fin de semana festivo era innecesaria, y lo caracterizó como "un gran alboroto".
Hasta ahora los organizadores han rechazado la ayuda de la Guardia Nacional de Nevada, dijo Goodell.
"Hemos dejado muy claro que no vemos esto como una situación de evacuación", dijo. "El agua se está secando".
Incluso con más lluvia, Goodell dijo que esperaba que la quema anual de un hombre de madera de 40 pies, que generalmente ocurre el último sábado por la noche de la fiesta, probablemente ocurriera a las 9:30 p.m. Domingo.
Sin embargo, el domingo por la noche temprano, los organizadores dijeron que la lluvia y el barro hicieron imposible el evento, y fue reprogramado para las 9 p.m. Lunes. El último día del evento es tradicionalmente cuando la mayoría de los asistentes se van. No quedó claro de inmediato cómo el cambio ardiente afectaría el éxodo del lunes.
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