Las rayas de fondo, miembros de la familia Rajidae, son un grupo de elasmobranquios marinos que destacan por su forma corporal aplanada y adaptaciones especializadas para habitar en el fondo marino.
Este grupo se caracteriza por tener cuerpos de forma romboide o triangular, como las rayas y mantas, con aletas pectorales anchas que se extienden a lo largo de los costados, dando lugar a su aspecto distintivo, además poseen colas delgadas en forma de látigo con aguijón venenoso ubicado en el primer tercio de la cola.
En lugar de nadar en la columna de agua como otros peces, las rayas de fondo se desplazan suavemente sobre el sustrato, usando sus aletas para deslizarse por el lecho marino.
Estas rayas son comúnmente encontradas en fondos arenosos, fangosos o rocosos, especialmente en aguas costeras, aunque algunas especies también habitan en zonas de mayor profundidad, en el caso de rayas de aguas más frías. Se distribuyen en todos los océanos del mundo, siendo más abundantes en áreas donde el sustrato es adecuado para su modo de vida. Su tamaño puede variar considerablemente dependiendo de la especie, con algunas rayas alcanzando más de 2 metros de largo. La coloración de las rayas de fondo es generalmente discreta, con tonos que van del marrón al gris, lo que les permite camuflarse con el sustrato marino y evadir a depredadores.
La alimentación de las rayas de fondo se basa principalmente en organismos bentónicos, como pequeños peces, moluscos y crustáceos. Utilizan su agudo sentido del tacto, con órganos sensoriales llamados ampollas de Lorenzini, para detectar presas enterradas en el sedimento o que se encuentran en la superficie. Su dieta varía según la especie y la disponibilidad de presas en su entorno, pero son consideradas depredadoras oportunistas, lo que significa que se alimentan de lo que está disponible y accesible en su hábitat.
En cuanto a su función ecológica, las rayas de fondo juegan un papel importante en la regulación de las poblaciones de pequeños organismos bentónicos. Al alimentarse de crustáceos, moluscos y otros invertebrados, contribuyen al control de las especies que habitan el fondo marino, ayudando a mantener el equilibrio en los ecosistemas.
En términos de amenazas, las rayas de fondo enfrentan presiones debido a la pesca incidental, ya que a menudo son atrapadas como captura no deseada en redes de arrastre y otros métodos pesqueros. También pueden sufrir de la destrucción de sus hábitats naturales debido a la contaminación y la actividad humana en zonas costeras.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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