La Estación Espacial Internacional (ISS) es un símbolo de cooperación internacional y un laboratorio de investigaciones científicas. Sin embargo, más allá de sus logros científicos, la ISS ha sido escenario de eventos que han dejado perplejos y atemorizados a los astronautas. Aquí presentamos algunos de los relatos más escalofriantes ocurridos en la estación espacial.
En 2013, la ISS enfrentó una emergencia aterradora cuando se detectó una fuga de amoníaco en el sistema de enfriamiento. El amoníaco, altamente tóxico, representaba un peligro mortal para los astronautas. La tripulación tuvo que realizar una caminata espacial de emergencia para reparar la fuga, trabajando bajo la constante amenaza de una exposición fatal. La situación fue manejada con éxito, pero el incidente dejó a todos conscientes de la fragilidad de su entorno y del peligro constante al que están expuestos.
En 2007, un fragmento de basura espacial se dirigió peligrosamente hacia la ISS. La tripulación tuvo que refugiarse en las cápsulas Soyuz acopladas a la estación, listas para una evacuación de emergencia. Aunque el fragmento finalmente pasó a una distancia segura, la experiencia subrayó el riesgo omnipresente que representa la basura espacial y la vulnerabilidad de los astronautas ante objetos fuera de control.
Uno de los relatos más inquietantes proviene de los informes de ruidos extraños escuchados por los astronautas en la ISS. En 2001, la astronauta Susan Helms reportó haber oído "golpes" en la estación espacial, sonidos que no pudieron ser explicados por ninguna actividad humana o mecánica conocida. Estos ruidos, descritos como golpes o martilleos, han sido escuchados en varias ocasiones por diferentes tripulaciones, sin una explicación definitiva.
En 2013, el astronauta italiano Luca Parmitano informó haber visto una sombra inexplicable mientras realizaba una caminata espacial. Aunque pudo haber sido una ilusión óptica o un juego de luces y sombras, el avistamiento dejó a Parmitano y a otros en la estación con una sensación de inquietud. La vastedad del espacio y la soledad extrema pueden jugar trucos mentales, pero este incidente sigue siendo uno de los más misteriosos.
En 2009, los astronautas se enfrentaron a una situación angustiante cuando uno de los filtros de aire de la estación se obstruyó, lo que podría haber llevado a una acumulación de CO2 peligrosa. A pesar del riesgo, la tripulación trabajó incansablemente para solucionar el problema y restaurar el sistema de filtración, demostrando una vez más la delicada balanza de la vida en el espacio.
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