El 3 de diciembre, la erupción del volcán Marapi en Indonesia dejó 23 alpinistas muertos y tres desaparecidos de un grupo de 75. Hasta el momento, solo 49 han sido rescatados con vida, y las esperanzas de encontrar a los desaparecidos disminuyen.
En la última actualización, se informó sobre los 23 fallecidos, cuyos cuerpos fueron entregados al departamento de Identificación de Víctimas de Desastres en el Hospital Achmad Mochtar. Mientras tanto, el equipo de búsqueda continúa esforzándose por localizar a los tres alpinistas restantes.
Las labores de rescate se ven obstaculizadas por la continua actividad volcánica y la caída de ceniza, complicando la visibilidad. Las autoridades de búsqueda y rescate han registrado cinco erupciones desde la mañana, afectando la empinada y resbaladiza ruta de evacuación.
El Monte Marapi, uno de los volcanes más activos del sudeste asiático, plantea la necesidad de restringir el acceso al cráter para prevenir futuras pérdidas humanas. La comunidad internacional sigue de cerca este incidente, expresando solidaridad con las familias afectadas. La reciente tragedia sirve como un recordatorio de la imprevisibilidad de la naturaleza y la importancia de tomar medidas preventivas para garantizar la seguridad en zonas volcánicas.
Por Santiago Rojas
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