En 1978 el Vaticano estableció un par de normas para poder determinar si efectivamente se trataba de un evento paranormal o de apariciones sobrenaturales. Este año todo cambió con la llegada del Papa Francisco.
Esto quedó confirmado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con la actualización de los procedimientos al momento de hacer un reporte acerca de una aparición o algún evento sobrenatural, sobre todo casos referentes a las apariciones de la Virgen o de Cristos.
Se hizo esta modificación en las normas con la finalidad de evitar estafas o falsas esperanzas en los miembros de la institución, ya que muchas personas se aprovechaban de estas situaciones para sacar ventaja de los más creyentes. Es por eso que ahora el procedimiento es mucho más riguroso.
El mayor cambio de estas normas es que el Vaticano ya no hará declaraciones directamente afirmando o negando los eventos y tampoco los nombrará como milagros. Ahora el mayor título se emitirá es el de “nulla osta” que es una afirmación que no hay inconvenientes doctrinales ante el presunto hecho sobrenatural, y que tampoco hay evidencias de engaños o estafas hasta la fecha.
Para determinar el veredicto, el obispo encargado de la zona debe crear una comisión conformada por un teólogo, un canonista y un perito especializado del caso a tratar. El representante de la comisión y el obispo pronunciarán el veredicto, que será revisado por Roma y luego publicado. De esta manera, la iglesia no confirma si el hecho es cierto, sino que simplemente dice que hasta el momento no ha visto problemas como engaños o inconsistencias doctrinales.
Otro cambio introducido por el Vaticano es el rigor de las investigaciones. Ahora hay una referencia directa a la necesidad de estudiar los estados psicológicos de los testigos presenciales que afirman haber visto acontecimientos sobrenaturales. Es decir si la persona que reportó el caso es una persona necesitada de dinero, poder o fama por lo cuál pueda intentar engañar al público.
De igual manera se busca que ahora los casos sean atendidos con mayor eficacia, debido al rápido esparcimiento de información a través de las redes sociales y de internet, para evitar engaños o que las situaciones escalen a mayor medida.
Esto no quiere decir que la iglesia descarte la existencia de fenómenos sobrenaturales, sin embargo quieren recalcar que ante sus ojos, estos hechos no son más importantes que el evangelio.