La estrategia ártica del Departamento de Defensa para 2024 recomienda inversiones en capacidades espaciales para mejorar las comunicaciones, la recopilación de inteligencia y las actividades de monitoreo.
El Departamento de Defensa publicó su Estrategia Ártica 2024, que aborda los crecientes desafíos geopolíticos y ambientales en la región del Ártico.
La estrategia, que ordena al ejército estadounidense “prepararse para operaciones en latitudes altas”, enfatiza la creciente dependencia de los satélites para actividades críticas en el Ártico. A medida que el cambio climático remodela el paisaje y la dinámica geopolítica de la región, el Pentágono pide inversiones en capacidades espaciales para mejorar las comunicaciones, la recopilación de inteligencia y las actividades de monitoreo.
Estados Unidos considera que la región del Ártico es una región de competencia de poder estratégico a la luz de la importante presencia de Rusia y los esfuerzos de China por expandir su influencia allí.
Una tendencia clave destacada en el documento es la ambición de China de ampliar su huella en el Ártico mediante inversiones en infraestructura y una mayor presencia militar. Además, las capacidades militares de Rusia en el Ártico plantean amenazas potenciales para Estados Unidos y sus aliados. La estrategia señala que la colaboración de Rusia con China en la región está aumentando, lo que complica aún más el panorama de seguridad.
El Departamento de Defensa señala el papel del Ártico en la alerta de misiles y la defensa del territorio estadounidense. Si bien la red actual de radares y sensores estadounidenses y canadienses operados por NORAD y el Comando Norte de EE. UU. permite la detección y el seguimiento de ciertas amenazas, se necesita modernización, incluidos sistemas de observación y alerta de misiles basados en el espacio con mayor cobertura polar”, dice la estrategia.
Las comunicaciones en el Ártico han planteado durante mucho tiempo desafíos para las operaciones militares debido a la limitada cobertura satelital. La estrategia exige soluciones tanto militares como comerciales para mejorar las comunicaciones tácticas y estratégicas. Enfatiza la necesidad de acuerdos con aliados y socios de la OTAN para mejorar la cobertura satelital en la región.
El Departamento de Defensa también necesitará tecnologías espaciales para predecir y modelar mejor las condiciones meteorológicas, atmosféricas y oceanográficas que cambian rápidamente en el Ártico, dice el documento.
La Fuerza Espacial de EE. UU. brinda apoyo fundamental a las operaciones militares en la región. Tiene personal basado en la Estación Clear Space Force en Alaska Central, hogar del avanzado Sistema de Radar Phased Array de Estado Sólido utilizado para alerta de misiles y vigilancia espacial.
Aún más al norte, la Fuerza Espacial opera la Base Espacial Pituffik, ubicada en la costa noroeste de Groenlandia. Este puesto avanzado remoto, con su ubicación estratégica muy por encima del Círculo Polar Ártico, sirve como vínculo fundamental en las operaciones espaciales y las comunicaciones polares.
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