Makalu es una de las montañas más impresionantes del mundo, ubicada en la cordillera del Himalaya, en la frontera entre Nepal y el Tíbet, compuesta principalmente de rocas metamórficas, como gneis y esquistos, que se formaron a través de procesos geológicos complejos durante millones de años. La montaña tiene una estructura piramidal distintiva, lo que la hace fácilmente reconocible.
Con una altitud de 8,485 metros, Makalu es la quinta montaña más alta del mundo. Su relieve abrupto y sus acantilados escarpados presentan desafíos significativos para los escaladores. La montaña también cuenta con glaciares y nieves perpetuas en sus cumbres, que alimentan los ríos de la región.
La formación de Makalu se debe a la colisión de las placas tectónicas india y euroasiática, un proceso que continúa hoy en día. Esta actividad tectónica no solo ha dado lugar a la elevación de la montaña, sino que también ha contribuido a la inestabilidad geológica de la región, lo que puede resultar en deslizamientos de tierra y terremotos.
Fue escalada por primera vez en 1955 por una expedición estadounidense, y desde entonces ha atraído a muchos aventureros. La montaña es conocida no solo por su altura, sino también por sus condiciones climáticas extremas y su terreno técnico, lo que la hace un desafío considerable para los alpinistas.
Entre los animales que habitan en la zona se encuentran especies endémicas y raras, como el panda rojo (Ailurus fulgens), que se encuentra en los bosques de las laderas más bajas. También se pueden observar tigre de Bengala y leopardo de las nieves, aunque son más difíciles de avistar debido a su naturaleza esquiva.
La montaña y sus alrededores son el hogar de diversas especies de aves, incluyendo el buitre de cabeza roja y el pájaro carpintero de gran tamaño. Estas aves son importantes para el ecosistema local y contribuyen a la salud del medio ambiente.