Es un símbolo cultural, espiritual y natural de gran importancia para el país y el mundo. 

Con altura de 3,776 metros, es la montaña más alta de Japón y un volcán activo, aunque su última erupción ocurrió en 1707. Su forma cónica perfecta y su imponente presencia lo han convertido en un ícono nacional.

El Monte Fuji no es un solo volcán, sino la combinación de tres volcanes superpuestos: Komitake (el más antiguo), Kofuji (volcán intermedio),Fuji (el más La forma del Monte Fuji ha sido estudiada por científicos y por la NASA, debido a su perfecta simetría y su formación volcánica. Es uno de los pocos volcanes en la Tierra que se asemeja a los volcanes de Marte y Venus, lo que lo hace útil para investigaciones espaciales.

Desde una perspectiva cultural y espiritual, el Monte Fuji ha sido venerado durante siglos. En el shintoísmo, se cree que es el hogar de la diosaKonohana Sakuya-hime, quien representa la flor del cerezo. 

 Durante siglos, ha sido un lugar de peregrinación religiosa,  muchos japoneses lo han escalado como un acto de purificación espiritual. 

En el budismo japonés, se considera un sitio sagrado en el que las almas pueden alcanzar la iluminación.

Además de su significado religioso, el Monte Fuji ha sido una fuente inagotable de inspiración artística e histórica. Es protagonista en innumerables obras de arte, literatura y poesía. Una de las representaciones más icónicas es la famosa estampa “La gran ola de Kanagawa”de Hokusai, en la que se puede ver el Monte Fuji en el fondo. Su majestuosidad y perfección han cautivado a artistas y escritores japoneses e internacionales durante siglos.

En el ámbito natural y geológico, el Monte Fuji es una maravilla de la naturaleza. Aunque es un volcán activo, su período de inactividad ha permitido que sea un destino popular para montañistas y turistas. Su ecosistema alberga una gran diversidad de flora y fauna, y su cima nevada en invierno ofrece un paisaje inigualable. En 2013, fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, debido a su importancia tanto cultural como natural.

Su presencia imponente sigue inspirando a generaciones y su legado se mantiene vivo en la cultura y el corazón del pueblo japonés.

Maestra en culturas Elsa Diéguez.